Y ahí estás, delante de mí, agitado, bajo un cielo que duda. Mar inmenso que desde siempre, me fascinas, y, a la vez, me aterras. Hoy, hoy te voy a nadar.

No es el mejor día para estrenarse en aguas abiertas. La corriente es fuerte, el agua está turbia, hace viento, está nublado y, además, hay rumores de que ayer se avistó una tintorera por estos lares. Pero aquí estoy yo, plantada en una playa llena de extranjeros, con un traje de neopreno prestado y una boya naranja en mi mano. No hay vuelta atrás.

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